Era el año 2.016, Netflix estaba imparable, ya no sólo era distribuidor, si no que la plataforma empezaba a producir títulos propios para alimentar a los millones de suscriptores alrededor del mundo.
Stranger Things, hoy convertida en serie de culto, usaba la nostalgia como arma de seducción intergeneracional, con un misterio como base narrativa, y una escenografía que nos trasladaba a los años 80 y de la que no queríamos volver.
Esta retrospectiva, es conseguida desde el minuto 0 gracias a su logotipo que llegaba de la mano de la fuente ITC Benguiat gracias al diseñador Jacob Boghosian, inspirado en las novelas de Stephen King y grandes títulos cinematográficos de la década de los 80.
La idea de los productores era trasladarnos a la época de Los Goonies, Mad Max…, y sin duda lo lograron con Stranger Things, la puesta en escena mima cada detalle para que todo este encuadrado en ese halo nostálgico.
A lo largo de la historia, la luz cobra especial protagonismo, como podréis ver en las siguientes imágenes, y que no desvelaremos más, para evitar spoilers.
Pero la apuesta por el neón, no se limitó únicamente a S.T.; si no que ese mismo año Netflix lanzaba dos películas de producción propia, Nerve y X.O.X.O.
Estas dos producciones carecen de ese halo nostálgico del que hablamos anteriormente y nos muestran una visión mas “futurista”. Con el público juvenil como principal target, el uso del neón nos evoca hacías las nuevas tecnologías, los challenges, la nueva cultura festivalera… en definitiva, el mundo 3.0; la nueva era de adolescentes que tienen la tecnología plenamente integrada es su día a día.
El 21 de octubre de ese mismo año se estrenaba el capítulo de Black Mirror galardonado con 2 Emmys, San Junípero, enamorando a público y crítica.
Años 80, localidad costera y mucho rollo disco aderezado con neón, San Junípero rompe con la tónica futurista de Black Mirror, con unos resultados espectaculares.
Tal fue su éxito, que la escena (neones incluidos) fue rememorada en otras series de gran éxito.
Riverdale no tardó en llegar a nuestras pantallas (aunque esta vez de mano de THE CW, una cadena de televisión tradicional), y en 2.017 se alzó como una de las series revelación de la temporada.
En Riverdale las luces de neón son un personaje más de la misma, rodeando toda la trama de un aura fluorescente que nos transmiten quienes son y que sienten en cada momento la ciudad y los diferentes personajes.
Algo que nos cautiva de esta serie, es la manera con la que la luz nos atrapa en casa escena, haciéndose tan poderosa, que llega a ser narrador de la misma.
nos dice todo de una escena, antes incluso de escuchar el diálogo de la trama; peso que por lo general se le da a la BSO, y que en este caso lo hacen ayudados de los neones.
La apuesta por la escenografía basada en la iluminación es absoluta y el resultado es efectivo. La acción se desarrolla en la actualidad, pero la escenografía, logra hacer de Riverdale un lugar totalmente mágico y diferente a lo que estamos acostumbrados, llegando a transportarnos a esos años sesenta en los Estados Unidos, con el auge de las cadenas de comida rápida, como en Pop`s.
No sólo sus protagonistas se han convertido en ídolos de masas, si no que la escenografía, así como su logotipo o el del legendario Pop`s, tienen cientos de artículos de merchandising y existen varias apps que permiten crear mosaicos, que relacionan un color con cada protagonista, lo que vuelve a poner de manifiesto la importancia del color, y el extraordinario poder de los colores en el desarrollo del branding personal.